El remaster de Sacred 2: Fallen Angel acaba de recibir una actualización importante que soluciona la mayoría de los problemas técnicos reportados por la comunidad desde su lanzamiento. Los desarrolladores han trabajado intensamente para pulir los aspectos más criticados, mejorando significativamente la experiencia de juego para todos los usuarios. Esta actualización representa un paso crucial hacia la estabilización definitiva del título, demostrando el compromiso del equipo con su audiencia.


Mejoras técnicas implementadas

El parche aborda principalmente problemas de rendimiento y estabilidad que afectaban al juego en distintas configuraciones de hardware. Se han corregido caídas de frames en áreas densamente pobladas, errores de texturas en alta resolución y conflictos con controladores modernos de gráficos. La gestión de memoria ha sido optimizada para reducir los cierres inesperados, mientras que la compatibilidad con monitores de alta frecuencia de actualización ha sido perfeccionada. Los jugadores notarán una experiencia más fluida y consistente en sus partidas.

Ajustes visuales y de jugabilidad

Además de las correcciones técnicas, la actualización incluye refinamientos visuales que mejoran la presentación general del remaster. Los efectos de iluminación han sido recalibrados para ofrecer mayor contraste y profundidad, mientras que los sistemas de partículas muestran mejor comportamiento en combates intensos. La interfaz de usuario recibe ajustes de legibilidad y se han solucionado problemas menores con las físicas del entorno. Estos cambios, aunque menos evidentes que las correcciones críticas, contribuyen notablemente a la inmersión del jugador en el mundo de Ancaria.

Parece que los dioses de Ancaria finalmente escucharon las plegarias técnicas de los jugadores, aunque algunos todavía esperan que arreglen el pathfinding de los compañeros que se atascan con cualquier arbusto.