La industria tecnológica se enfrenta a un desafío significativo con el incremento sostenido en los costos de memoria, situación que afecta directamente a fabricantes como AMD. Este escenario obliga a la compañía a reevaluar sus estrategias de precios para las próximas generaciones de tarjetas gráficas, buscando mantener el equilibrio entre competitividad y sostenibilidad financiera. Los analistas proyectan que estos ajustes podrían reflejarse en los productos que llegarán al mercado durante el próximo año.


Impacto en la cadena de suministro

El encarecimiento de los módulos de memoria GDDR6 y GDDR6X representa un componente crítico en la estructura de costos de las tarjetas gráficas modernas. AMD depende estrechamente de estos componentes para sus series RX 7000 y futuras generaciones, donde la memoria constituye aproximadamente el 30% del costo total de fabricación. Esta presión sobre los costos se transmite a través de toda la cadena de valor, desde los fabricantes de semiconductores hasta los consumidores finales.

Estrategias de mitigación y previsión

AMD explora diversas alternativas para contener los aumentos, incluyendo optimizaciones en arquitectura que permitan mejor relación rendimiento | memoria. Simultáneamente, la compañía evalúa asociaciones estratégicas con proveedores para garantizar volúmenes estables a precios negociados. Sin embargo, los expertos coinciden en que es inevitable cierto grado de transferencia de costos hacia los usuarios finales, especialmente en los segmentos de gama alta donde la cantidad y velocidad de memoria son determinantes.

Parece que pronto necesitaremos hipotecar la casa no solo para comprar una vivienda, sino también para adquirir una tarjeta gráfica que pueda ejecutar los últimos juegos.