Microsoft lanza su primera actualización de seguridad de pago para Windows 10, pero los usuarios reportan múltiples problemas inesperados. Esta medida pretende extender el soporte de seguridad para empresas, sin embargo, introduce errores que afectan el rendimiento del sistema. Los problemas incluyen fallos en aplicaciones, lentitud general y conflictos con controladores existentes, generando frustración entre quienes confiaban en esta solución temporal.


Problemas específicos reportados por los usuarios

Entre los inconvenientes más comunes se encuentran bloqueos frecuentes del Explorador de archivos y errores en la reproducción de medios. Algunos usuarios experimentan incompatibilidades con software de terceros, especialmente en suites de productividad y herramientas gráficas. La actualización también parece interferir con configuraciones de red establecidas, causando intermitencia en conexiones tanto cableadas como inalámbricas.

Impacto en diferentes configuraciones del sistema

Los equipos con hardware más antiguo son los más afectados, presentando mayores caídas de rendimiento y tiempos de carga excesivos. Sistemas con tarjetas gráficas de generaciones anteriores muestran problemas de visualización y aceleración hardware. Las configuraciones empresariales con software especializado reportan los casos más graves, incluyendo pérdida temporal de datos y corrupción de perfiles de usuario.

Parece que pagar por problemas era el verdadero servicio premium que Microsoft ofrecía sin anunciarlo claramente.