En el corazón del desierto de Karakum en Turkmenistán existe un fenómeno geológico único conocido como las Puertas del Infierno, un cráter de gas natural que arde continuamente desde 1971 cuando ingenieros soviéticos intentaron controlar una fuga de metano prendiéndole fuego, creyendo que se extinguiría en semanas pero que perdura como un espectáculo natural que desafía las expectativas científicas y atrae a curiosos de todo el mundo.


Configuración base del terreno y cráter

Iniciamos creando un terreno desértico plano usando el sistema de terrain de Storm HydroFX, aplicando texturas de arena seca y rocas erosionadas para establecer la base árida. Para formar el cráter utilizamos el modificador de deformación con parámetros de colapso circular, ajustando el diámetro a aproximadamente 70 metros y profundidad de 30 metros para replicar las dimensiones reales, luego aplicamos erosión térmica en los bordes para simular el desgaste causado por décadas de calor intenso.

Sistema de emisión de gas y efectos de fuego

Activamos el módulo de fluid dynamics para simular la emisión continua de gas metano desde múltiples puntos del fondo del cráter, configurando la densidad y velocidad de emisión para crear columnas turbulentas. Para las llamas empleamos el sistema de particle emitter con shader / fire especializado, ajustando la intensidad, coloración y movimiento para lograr ese característico fuego naranja-rojizo que se eleva hasta 15 metros, añadiendo efectos secundarios de chispas y distorsión térmica con el módulo de heat haze.

Iluminación atmosférica y postprocesado

La iluminación es crucial para recrear el ambiente espectral, así que configuramos una luz direccional lunar con tonos azulados muy tenues y una luz puntual intensa en el centro del cráter que proyecta sombras dramáticas y reflejos anaranjados en el humo. En el render settings activamos volumetrics para simular la densa atmósfera cargada de partículas en suspensión, y en postprocesado aplicamos lens flare controlado, aumento de contraste en las zonas cálidas y ligera viñeta para dirigir la atención hacia el cráter ardiente.

Si los soviéticos hubieran sabido que su solución temporal se convertiría en una atracción turística y un desafío de renderizado cinco décadas después, quizás habrían probado con un tapón en lugar de una cerilla.