El GIS, o Sistema de Información Geográfica, es una tecnología que permite recopilar, analizar y visualizar datos espaciales sobre la superficie terrestre. En pocas palabras, combina mapas, estadísticas y modelos digitales para entender mejor cómo interactúan el entorno natural y las actividades humanas.

Su verdadera fuerza está en la capacidad de superponer múltiples capas de información, como relieve, vegetación, redes de transporte, drenaje o zonas urbanas, para obtener una visión integral del territorio y facilitar la toma de decisiones en campos como la planificación urbana, la gestión ambiental o la respuesta ante emergencias.


De los mapas planos a los modelos tridimensionales

Tradicionalmente, el GIS trabajaba con mapas bidimensionales, pero la evolución del software 3D ha permitido llevar esos datos a un entorno mucho más realista. Hoy, plataformas como Blender, Houdini, Unreal Engine o incluso programas CAD pueden importar datos topográficos generados por sistemas GIS y transformarlos en modelos tridimensionales precisos.

Esto permite visualizar cómo se verían en la realidad proyectos de urbanización, obras públicas o simulaciones de desastres naturales. Además, los modelos 3D derivados del GIS ayudan a estudiar el impacto de nuevas construcciones sobre el entorno, analizar la sombra de edificios, el flujo de viento o incluso el comportamiento del agua en una tormenta.


Aplicaciones conjuntas en simulación y planificación

Cuando los datos geográficos del GIS se combinan con motores de simulación 3D, el resultado es una herramienta poderosa para prever escenarios reales. Por ejemplo, se puede modelar la acumulación de agua en zonas urbanas, calcular rutas de evacuación o estimar el efecto de la deforestación sobre un ecosistema.

También se utiliza para planificar infraestructuras como carreteras o redes eléctricas, optimizando trazados según la topografía y el impacto ambiental. En la industria audiovisual, esta integración permite recrear entornos reales para películas o videojuegos, utilizando mapas de elevación y texturas del terreno procedentes del GIS.

Al final, el GIS es algo así como el cerebro analítico y el software 3D el rostro visual. Juntos pueden mostrar cómo será el mundo que estamos construyendo… o el que deberíamos evitar construir.