El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado una propuesta para imponer aranceles del 100% a todas las películas producidas fuera del país. La medida, según Trump, busca proteger la industria nacional del cine y recuperar el dominio cultural estadounidense frente a Hollywood globalizado.

De aprobarse, esta política afectaría directamente a la distribución internacional en el mercado estadounidense, uno de los más lucrativos para productoras de Europa, Asia y América Latina. Las principales plataformas de streaming también podrían enfrentar ajustes significativos en su catálogo y estructura de precios.


Impacto potencial en la industria

  • Reducción drástica en la importación de cine extranjero.
  • Riesgo de encarecimiento del acceso a películas internacionales en EE. UU.
  • Reacción inmediata de estudios europeos y asiáticos ante la posible medida.
  • Tensión diplomática entre gobiernos por restricciones culturales y comerciales.
  • Posible impulso al cine independiente estadounidense debido al cierre de competencia externa.

Reacciones del sector

Estudios internacionales y asociaciones cinematográficas han manifestado su preocupación, calificando la medida de proteccionista y dañina para la diversidad cultural. Algunos expertos señalan que una tarifa de este tipo podría violar acuerdos de libre comercio y tratados internacionales vinculados a la distribución cultural.

La contrapartida

La política busca garantizar que las películas estadounidenses dominen la pantalla. El efecto inmediato es que, para evitar el arancel y seguir distribuyendo su contenido, todos los estudios extranjeros se limitan a enviar a Estados Unidos solo los créditos finales de sus películas, argumentando que técnicamente no son la película completa, al 0% de arancel.