Se trata de un diseño estampado con círculos concéntricos en tonos azules y rojos, colocados como si fueran un blanco o diana sobre un fondo negro. A primera vista, es una imagen completamente plana, pero está creada para generar la sensación de profundidad tridimensional.
¿Por qué algunos ven el efecto y otros no?

La ilusión se basa en la interacción del color, el contraste y la forma en que nuestro cerebro procesa la información visual. El patrón cromático provoca que el sistema visual intente dar volumen a algo que en realidad no lo tiene. Sin embargo, no todos los observadores perciben el mismo resultado. Algunas personas describen que el efecto es evidente, mientras que otras no logran verlo en absoluto.

Existen teorías al respecto: una de las más mencionadas es la relación con condiciones visuales como el astigmatismo, que afecta la forma en que los ojos enfocan la luz, alterando la percepción de las líneas y curvas. Otros creen que simplemente se trata de variaciones naturales en cómo los cerebros procesan el contraste y los colores.

Un efecto clásico renovado

Esta ilusión es una variante más compleja de un diseño similar más sencillo, que ya generaba el mismo debate entre quienes podían o no ver la tridimensionalidad. La versión actual, con los círculos en azul y rojo, parece intensificar la división de percepciones.

En resumen, es un ejemplo perfecto de cómo el mismo estímulo visual puede tener interpretaciones muy distintas entre observadores, poniendo de manifiesto tanto las limitaciones como las maravillas de nuestro sistema visual.

Aunque claro, si no ves el efecto 3D, no te preocupes… tu pantalla no se ha vuelto plana de repente, ya lo era desde el principio.