Un investigador de Texas A&M University ha presentado avances significativos en el desarrollo de medicamentos personalizados impresos en 3D para niños. Esta innovación busca adaptar dosis, formas y sabores de los fármacos para mejorar la adherencia al tratamiento pediátrico y reducir riesgos asociados con la dosificación tradicional.


Personalización y precisión

La impresión 3D permite fabricar comprimidos a medida, ajustando con exactitud la cantidad de principio activo en función de la edad, peso y necesidades médicas del niño. Además, posibilita crear medicamentos en formas más atractivas y con sabores que faciliten su aceptación, resolviendo uno de los mayores retos en la medicina pediátrica.

Ventajas frente a la medicina convencional

Los métodos tradicionales de producción no siempre permiten ajustar las dosis de forma segura para pacientes pediátricos, obligando a recurrir a fraccionamiento de comprimidos o fórmulas magistrales. Con la manufactura aditiva, se logra mayor consistencia, seguridad y rapidez en la producción de fármacos adaptados a cada paciente.

Impacto en hospitales y farmacias

La investigación apunta a un futuro donde hospitales y farmacias puedan contar con impresoras 3D especializadas para producir medicación personalizada bajo demanda. Esto reduciría los tiempos de espera y mejoraría la disponibilidad de tratamientos específicos, en especial para enfermedades raras o casos con requerimientos únicos.

Pronto, los niños no solo pedirán golosinas con formas divertidas, también sus medicinas personalizadas en versión dinosaurio o estrella fugaz.