Una empresa publica una oferta de empleo atractiva para un puesto que parece real y bien remunerado. Sin embargo, el puesto no existe. La empresa, o una agencia de reclutamiento que actúa para ella, publica estas ofertas para construir una base de datos de candidatos. Su objetivo es cubrir futuras necesidades, tantear el mercado laboral o proyectar una falsa imagen de crecimiento y dinamismo. Los candidatos, ilusionados, pierden tiempo y esfuerzo en un proceso que nunca tendrá recompensa.


Cómo funcionan estas ofertas y por qué las publican

El mecanismo es sencillo. Se redacta una oferta con un perfil específico y atractivo, a menudo para roles técnicos o directivos con alta demanda. Se publica en portales de empleo y se reciben cientos de currículums. La empresa no tiene intención de contratar a nadie para ese rol en ese momento, pero sí de almacenar los datos de profesionales cualificados. Esto les permite, más adelante, contactar con candidatos preseleccionados sin coste adicional de búsqueda. También pueden usar estos datos para analizar los salarios que pide el mercado o para simular que la compañía está en expansión.

Cómo puedes identificar y protegerte de una oferta fantasma

Detectar estas ofertas requiere prestar atención a ciertas señales. Una oferta que permanece publicada durante meses, incluso años, sin cambios es sospechosa. Desconfía si, tras enviar tu currículum, recibes una respuesta genérica e inmediata que no menciona tu experiencia concreta. Investiga a la empresa: si es una pyme y publica ofertas para diez puestos directivos diferentes, es una bandera roja. Para protegerte, aplica solo a ofertas de empresas que conozcas y verifiques. Considera marcar como spam los portales que alojen repetidamente este tipo de anuncios y comparte tu experiencia en foros para alertar a otros.

El candidato perfecto para el puesto que nunca existió pasa horas puliendo su portfolio, solo para que su currículum termine archivado en una carpeta digital llamada reservas estratégicas.