Un equipo de investigadores en Italia desarrolla un método innovador para fabricar alimentos mediante impresión 3D. Este proceso emplea como materia prima residuos de frutas y células vegetales que la industria agroalimentaria descarta. La técnica busca dar un nuevo uso a estos subproductos, transformándolos en ingredientes para crear estructuras alimentarias personalizadas. Este avance puede contribuir a reducir el desperdicio y explorar nuevas formas de producir comida.


El proceso combina bioimpresión y economía circular

Los científicos procesan los desechos de frutas, como pieles o pulpas no utilizadas, para obtener un biotinta. Esta sustancia, enriquecida con células vegetales vivas, sirve para imprimir en 3D. El método permite controlar la textura, la forma y posiblemente el contenido nutricional del producto final. Este enfoque se alinea con los principios de la economía circular, donde los residuos de una actividad se convierten en recursos para otra.

Las aplicaciones potenciales abarcan varios sectores

Esta tecnología puede usarse para diseñar alimentos con texturas específicas, ideales para personas con dificultades para tragar. También permite experimentar con sabores y formas novedosas en gastronomía. A largo plazo, el sistema podría ayudar a fabricar provisiones para entornos extremos, como bases espaciales. Los investigadores continúan trabajando para optimizar las fórmulas y escalar el proceso.

Quizás pronto el consejo de no jugar con la comida quede obsoleto, cuando diseñarla sea parte del juego.