Los cubos robóticos M-Block 2.0 evolucionan para coordinarse
El Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial del MIT presenta la segunda generación de sus M-Blocks. Estos cubos robóticos, que carecen de partes externas móviles, ahora pueden comunicarse entre sí y organizarse para formar estructuras dinámicas. Su diseño mantiene el principio de un volante de inercia interno que gira a gran velocidad. Este mecanismo les permite moverse de forma autónoma, saltar, girar sobre sí mismos y hasta trepar sobre otros cubos.
Un sistema interno genera el movimiento
Cada cubo alberga en su interior un volante de inercia que puede alcanzar velocidades de hasta veinte mil revoluciones por minuto. Al frenar este volante de forma brusca, el cubo transfiere el momento angular y genera un impulso. Esto le permite rodar, saltar o adherirse magnéticamente a otro cubo. La ausencia de brazos, ruedas u otros apéndices externos simplifica su construcción y los hace más robustos para operar en entornos impredecibles.
La comunicación expande sus capacidades
La principal mejora en esta versión reside en un sistema de comunicación por infrarrojos. Cada cara del cubo tiene un sensor y un emisor que le permite intercambiar datos con sus vecinos inmediatos. Así, un grupo de cubos puede compartir información sobre su identidad, posición y estado. Esta capacidad les permite ejecutar comportamientos colectivos preprogramados, como seguir una ruta específica o ensamblarse para crear una estructura temporal que luego pueden deshacer.
Aunque la idea de cubos que se organizan solos suena a ciencia ficción, por ahora su ritmo de movimiento es más parecido a un juego de puzle pensativo que a una transformación rápida como en las películas.
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