El Ministerio de Cultura compra dos esculturas de la artista barroca Luisa Roldán, conocida como La Roldana. Las piezas, tituladas San Joaquín y Santa Ana con la Virgen Niña, proceden de una colección privada y se destinan al Museo Nacional de Escultura en Valladolid. Esta adquisición responde a la política de enriquecer los fondos de los museos estatales con obras de gran valor histórico y artístico. El Museo del Prado, que gestiona la colección del museo vallisoletano, colabora en este proceso para integrar las esculturas en su contexto expositivo adecuado.


Las obras representan a la Sagrada Familia

Las dos tallas en madera policromada representan a los padres de la Virgen María, completando así una representación de la Sagrada Familia. San Joaquín aparece como un hombre anciano y reflexivo, mientras que el grupo de Santa Ana muestra a la madre enseñando a leer a la Virgen Niña. Ambas piezas destacan por el detalle en los rostros y los pliegues de las vestimentas, características propias del estilo narrativo y expresivo de Luisa Roldán. Su trabajo se valora por la calidad técnica y la profundidad emocional que logra imprimir en sus figuras religiosas.

Refuerzan la presencia de una escultora excepcional

Esta compra permite que el museo muestre un conjunto más completo de la producción de una de las pocas mujeres escultoras reconocidas en el Barroco español. Luisa Roldán fue escultora de cámara para los reyes Carlos II y Felipe V, un cargo poco habitual para una mujer en su época. Al incluir estas obras, la institución no solo preserva un patrimonio valioso, sino que también visibiliza el papel de las artistas en la historia del arte. Los expertos consideran que su obra es fundamental para entender la evolución de la escultura española del siglo XVII.

Ahora el museo tiene el dilema de dónde colocar estas nuevas adquisiciones, quizá cerca de otros grandes maestros del Barroco para que no se sientan solas en la inmensidad de las salas.