Las autoridades sanitarias de Estados Unidos logran contener el brote de gripe aviar H5N1 que afectó al país en 2025. Este éxito se debe a una respuesta rápida y coordinada que incluyó sacrificar aves de corral, aumentar la vigilancia y aplicar restricciones en las granjas. Sin embargo, los expertos advierten que el virus sigue circulando en aves silvestres, lo que supone un riesgo constante de que vuelva a saltar a las granjas comerciales o, en casos más raros, a los humanos. La situación actual es de calma relativa, pero no de victoria definitiva.


El virus permanece en la naturaleza como una amenaza latente

Aunque el brote en granjas comerciales se controló, el patógeno H5N1 no desapareció. Sigue presente en poblaciones de aves migratorias y acuáticas, que actúan como un reservorio natural. Esto significa que el virus puede reintroducirse en cualquier momento en la industria avícola, especialmente en zonas con alta densidad de producción. Los científicos monitorean de cerca las cepas para detectar cualquier cambio que pueda hacer al virus más contagioso o más peligroso para otras especies, incluidos los mamíferos.

La preparación para futuras crisis es ahora la prioridad

La experiencia de 2025 demostró puntos fuertes y débiles en la capacidad de respuesta. Ahora, el enfoque está en mejorar los sistemas de alerta temprana, desarrollar vacunas más efectivas para aves y almacenar equipos de protección para los trabajadores. También se debate cómo equilibrar la seguridad alimentaria con el bienestar animal, ya que sacrificar millones de aves es una medida controvertida pero a menudo necesaria para frenar la propagación.

La próxima vez que un pájaro estornude cerca de una granja, todo un sector económico se pondrá en alerta máxima. La tranquilidad actual es tan frágil como un huevo.