El Santuario de la Balma es un centro de exorcismos desde la Edad Media
El Santuario de la Virgen de la Balma se alza en la roca viva de un desfiladero en el término de Zorita del Maestrazgo, Castellón. Desde el siglo XIV, este lugar atrae a personas que buscan alivio de posesiones demoníacas. Los frailes franciscanos administran el templo y practican rituales para expulsar espíritus, una tradición que perdura y que genera numerosas leyendas locales sobre fenómenos extraños.
Los rituales dejan una huella energética persistente
Quienes visitan el santuario a menudo perciben una atmósfera densa y opresiva, especialmente en las celdas donde se realizaban los exorcismos. Los relatos históricos describen prácticas intensas para liberar a los endemoniados, y muchos investigadores paranormales sugieren que la energía de esos eventos traumáticos se ha impregnado en las piedras. Esto explicaría los testimonios sobre voces, sombras y sensaciones de ser observado que se repiten.
La arquitectura del lugar refuerza su leyenda
El santuario se construye literalmente dentro de una cueva, lo que crea un entorno naturalmente inquietante con paredes de roca húmeda y poca luz natural. Este diseño, unido a su historia, convierte el sitio en un foco para quienes estudian lo paranormal. Aunque la Iglesia católica lo presenta como un lugar de devoción y curación espiritual, su fama como epicentro de actividad relacionada con posesiones demoníacas prevalece en la cultura popular.
Quizás el verdadero exorcismo moderno sea intentar hacer una foto sin que salga un orbe o una figura borrosa en el fondo, algo que según los visitantes es casi imposible en la Balma.
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