Un sistema Lindenmayer, o sistema L, es una gramática formal que procesa cadenas de texto. Funciona mediante un conjunto de reglas de reescritura que sustituyen símbolos de forma iterativa. Este método se usa en modelado procedural para simular cómo crecen las plantas y otros organismos. Partes de una estructura se reemplazan de manera recursiva, lo que permite generar formas complejas a partir de axiomas y producciones sencillas. Es una técnica clave para crear árboles, helechos y patrones fractales de forma algorítmica.


Los componentes básicos definen el sistema

Un sistema L se define por un alfabeto de símbolos, un axioma o estado inicial y un conjunto de reglas de producción. Los símbolos pueden representar acciones como dibujar una línea, girar o guardar la posición actual. El proceso comienza con el axioma y en cada iteración se aplican todas las reglas en paralelo a cada carácter de la cadena. Esto diferencia a los sistemas L de otras gramáticas, ya que todas las sustituciones ocurren simultáneamente en cada paso, lo que permite simular un crecimiento paralelo y coherente.

La interpretación geométrica crea la forma visual

La cadena de símbolos resultante carece de significado visual por sí sola. Se necesita un intérprete, como una tortuga gráfica, que traduzca cada símbolo en una acción de dibujo. Por ejemplo, 'F' puede significar avanzar y dibujar una línea, '+' girar a la izquierda y '-' girar a la derecha. Los corchetes '[' y ']' suelen guardar y restaurar la posición y orientación, lo que permite crear ramificaciones. Esta capa de interpretación es lo que transforma la cadena de texto abstracta en una estructura gráfica reconocible, como un árbol o un copo de nieve.

Aunque las reglas sean simples, no subestimes el poder de un paréntesis mal cerrado; puede convertir un roble majestuoso en un espagueti abstracto que desafía la gravedad y el sentido común.