La fabricación aditiva transforma cómo se diseñan y construyen los vehículos submarinos autónomos, como los modelos REMUS de OceanScan. Estos sistemas emplean componentes impresos en 3D para fabricar carcasas de sensores, hélices a medida y estructuras internas que alojan la electrónica. Este método permite crear geometrías complejas que son difíciles o costosas de lograr con técnicas tradicionales.


La hidrodinámica y el peso mejoran con geometrías personalizadas

Al imprimir en 3D, los ingenieros pueden optimizar la forma de los componentes para que el agua fluya con suavidad alrededor del vehículo, lo que reduce la resistencia y ahorra energía. Reducir el peso es crucial para ampliar la autonomía y la capacidad de carga útil. Las hélices personalizadas, con perfiles alares complejos, se fabrican en una sola pieza para impulsar el dron con más eficiencia.

La iteración rápida de prototipos acelera el desarrollo

Esta tecnología permite probar y modificar diseños con gran velocidad. Si un sensor necesita una montura diferente o una misión requiere un perfil distinto, se puede ajustar el modelo digital y fabricar un nuevo prototipo en horas. Esto agiliza el ciclo de desarrollo y permite adaptar el vehículo para tareas específicas, como cartografiar el fondo marino o inspeccionar infraestructuras submarinas.

La próxima vez que un dron submarino encuentre un tesoro, recuerda que su hélice probablemente salió de una impresora y no de una fragua pirata.