Los filtros de luz azul no protegen como prometen
Muchos anuncios venden gafas con filtro de luz azul asegurando que protegen los ojos del daño que causan las pantallas, reducen la fatiga visual y mejoran el sueño. Sin embargo, la evidencia científica que respalda estas afirmaciones es débil. Las principales molestias que se asocian con usar pantallas, como la sequedad ocular o el cansancio, suelen deberse a que parpadeamos menos y mantenemos el enfoque fijo durante mucho tiempo, no directamente a la luz que emiten los dispositivos.
La evidencia científica es limitada
Los estudios sobre el daño real que provoca la luz azul de las pantallas en los ojos humanos no son concluyentes. Aunque la luz azul de alta energía puede afectar los ritmos circadianos y el sueño, la cantidad que emiten las pantallas modernas es significativamente menor que la luz solar natural. Por ello, para la mayoría de las personas, el efecto de usar un filtro específico es mínimo o directamente nulo en cuanto a proteger la salud ocular.
Las causas reales de la fatiga visual
Cuando usamos el ordenador o el móvil durante horas, tendemos a parpadear con menos frecuencia, lo que seca la superficie del ojo. Además, el esfuerzo constante para enfocar a una distancia fija cansa los músculos oculares. Estas son las razones principales de la fatiga, no la luz azul en sí. Medidas como la regla 20-20-20, que consiste en mirar a 20 pies de distancia durante 20 segundos cada 20 minutos, o usar lágrimas artificiales, son más efectivas para aliviar estos síntomas.
Así que, antes de comprar unas gafas especiales, considera que quizás solo necesitas recordar parpadear y apartar la vista de la pantalla de vez en cuando. Tu cartera y tus ojos te lo agradecerán.
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