El CEO de SpaceX, Elon Musk, afirma que en cinco años el cómputo de inteligencia artificial será más económico desde el espacio que en la Tierra, gracias a los satélites con paneles solares que generan energía continua sin baterías y enfriamiento por radiación. Musk argumenta que la infraestructura terrestre tiene límites por los altos costes energéticos y de refrigeración para modelos de IA potentes, mientras que los paneles solares en órbita podrían ser más baratos al prescindir de vidrio y marcos.


Ventajas del cómputo espacial según Musk

Musk destaca que el espacio ofrece energía solar constante y enfriamiento natural mediante radiación, lo que elimina la necesidad de costosas baterías y sistemas de refrigeración terrestres. Esto, según él, permitiría reducir significativamente los costes operativos para centros de datos de IA, superando las limitaciones actuales de infraestructura en la Tierra y haciendo viable un modelo más escalable y económico a largo plazo.

Críticas de Jensen Huang y los desafíos técnicos

Por otro lado, Jensen Huang, CEO de Nvidia, reconoce algunas ventajas como la generación de energía y disipación de calor, pero señala obstáculos importantes como la necesidad de radiadores gigantes para la radiación, la exposición de los chips a radiación espacial y los costes adicionales de adaptar la tecnología. Huang califica la idea de Musk como un sueño a corto plazo, subrayando que los retos de diseño, seguridad y complejidad podrían retrasar su viabilidad a gran escala.

El debate refleja la tensión entre la visión optimista de Musk, que busca aprovechar recursos naturales del espacio, y la perspectiva realista de Huang, que enfatiza los impedimentos prácticos. Mientras Musk imagina un futuro donde la IA orbita la Tierra, Huang prefiere mantener los pies en el suelo, recordando que los sueños espaciales a menudo chocan con la dura realidad de la ingeniería.