Investigadores marinos documentan un comportamiento sorprendente donde grupos de orcas cazan tiburones blancos de forma coordinada para alimentarse exclusivamente de sus hígados. Este fenómeno observado en las costas de Sudáfrica y Australia demuestra cómo estos cetáceos han desarrollado una técnica de precisión quirúrgica que les permite extraer el órgano más nutritivo dejando el resto del cuerpo intacto.


Estrategia de caza especializada

Las orcas utilizan su inteligencia y habilidades de caza cooperativa para aislar a los tiburones blancos, atacando con movimientos calculados que inmovilizan a su presa antes de realizar incisiones precisas. Esta especialización les permite acceder al hígado, un órgano particularmente valioso por su alta concentración de grasas y nutrientes que proporciona máxima energía con mínimo esfuerzo digestivo.

Impacto en los ecosistemas marinos

Los expertos advierten que este comportamiento depredador selectivo podría alterar significativamente el equilibrio de los ecosistemas oceánicos. Los tiburones blancos funcionan como depredadores clave regulando las poblaciones de otras especies marinas, y su disminución podría desencadenar efectos en cadena a través de las redes tróficas, modificando la dinámica de todo el ecosistema.

Parece que las orcas han descubierto el equivalente marino de abrir una lata de atún y comer solo la parte más sabrosa, dejando el resto para quien quiera aprovechar las sobras de un banquete de lujo.