En los túneles del metro de Bilbao, algunos pasajeros reportan escuchar una inquietante melodía de violín que parece no tener origen visible. La música surge de manera esporádica, generalmente en horas de menor afluencia, creando un ambiente misterioso que desconcierta a quienes la perciben. Testigos coinciden en que la melodía posee una calidad etérea y melancólica que resuena de forma peculiar en la acústica de los túneles.


La búsqueda del origen musical

Quienes intentan seguir el sonido se encuentran con que la melodía parece desplazarse a través de los túneles, siempre manteniéndose fuera del alcance visual. Los más persistentes en esta búsqueda afirman que, tras la experiencia, su percepción de la música convencional cambia radicalmente. Muchos describen una sensación de pérdida, como si hubieran escuchado la pieza musical perfecta y nada más pudiera compararse.

El impacto en los testigos

Los relatos coinciden en que quienes han vivido esta experiencia desarrollan una especie de nostalgia musical permanente. Algunos abandonan sus instrumentos, otros dejan de asistir a conciertos, argumentando que ninguna composición terrenal puede igualar lo escuchado en aquellos túneles. Las autoridades del metro mantienen una postura escéptica, atribuyendo el fenómeno a efectos acústicos o imaginación colectiva, aunque reconocen haber recibido múltiples reportes a lo largo de los años.

Quizás el verdadero misterio no sea el músico invisible, sino por qué nadie ha pensado en grabar la melodía con el teléfono, considerando que todos llevamos uno en el bolsillo.