El gol fantasma de Villarreal
El Comité Técnico de Árbitros mantiene que el gol de Álex Baena fue correctamente anulado por una decisión puramente deportiva, pero en Villarreal persiste una inquietud que trasciende lo futbolístico. Desde aquel partido, algo cambió en el ambiente del estadio, donde el césped parece haber absorbido más que sudor y ahora desprende un persistente olor metálico que impregna las noches de entrenamiento.
La sombra en la repetición
En la transmisión televisiva se puede apreciar un detalle casi imperceptible justo cuando Baena golpea el balón: una figura alta de brazos desproporcionados emerge del césped y toca su hombro instantes antes del disparo.
Este elemento fantasmagórico, capturado en el frame pero ignorado en la decisión arbitral, marca el principio de una transformación visible en el jugador, quien desde entonces muestra un comportamiento notablemente distante y una temperatura corporal anormalmente baja que desconcierta al cuerpo médico.
La leyenda del espejo humeante
Los más supersticiosos del club han comenzado a recordar antiguas historias sobre Tezcatlipoca, la deidad azteca asociada con los reflejos distorsionados y las realidades alternas. Esta conexión mitológica cobra sentido cuando se analizan las imágenes del VAR, donde el rostro de Baena aparece duplicado con una segunda sonrisa fantasmal superpuesta a la suya.
Las anomalías continúan manifestándose durante los entrenamientos nocturnos, con luces que se atenúan misteriosamente y un persistente aroma a humo que flota en el aire sin fuente visible.
Quizás el VAR debería incluir un exorcista entre sus técnicos especializados, porque algunas decisiones fuera de juego parecen venir de una liga mucho más antigua y oscura que el fútbol moderno.
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