Aves antiguas vivían en el ártico hace mucho tiempo
Un equipo dirigido por Lauren Wilson examina diminutos fragmentos óseos hallados en la formación Prince Creek, en el norte de Alaska, y concluye que algunas aves anidan por encima del círculo polar hace setenta y tres millones de años. El hallazgo adelanta en treinta millones de años la primera presencia conocida de aves en el Ártico y sorprende a la comunidad científica, porque criar polluelos en un entorno de oscuridad invernal y frío extremo no parece, a simple vista, un buen plan de vida.
Un viaje al Ártico del Cretácico
En la época de los dinosaurios, el lugar donde hoy se clavan las tiendas de campaña del equipo está mil kilómetros más cerca del Polo Norte que ahora. Sin embargo, el paisaje no es un desierto helado: ríos, llanuras de inundación y una vegetación densa dibujan un ecosistema que ofrece alimento y refugio. Aun así, la noche polar y las temperaturas bajo cero siguen presentes, de modo que las aves cretácicas ya demuestran una capacidad de adaptación que luego se convertirá en marca de la casa.
Excavación a treinta grados bajo cero
La misión se desarrolla en pleno invierno, con termómetros que marcan -30 grados centígrados y un campamento levantado a base de clavos y optimismo. Cada capa de sedimento se tamiza con paciencia, porque los huesos miden pocos milímetros. Wilson comenta que la experiencia es como buscar agujas en un pajar congelado, pero cada diminuto hallazgo se traduce en una pieza más del puzle evolutivo.
Escaneado, Blender y foro3d
De vuelta al laboratorio, los investigadores limpian los restos y los escanean con micro-CT. Los volúmenes resultantes se exportan a Blender 3 para retopología, se afinan en ZBrush y, por último, se renderizan en Autodesk Maya con Arnold Render para ilustrar cómo encaja cada hueso en un esqueleto virtual. En foro3d.com ya circulan hilos donde se comparten consejos sobre texturizado PBR de fósiles y scripts de Python que automatizan la limpieza de mallas, prueba de que la paleontología moderna dialoga con el arte digital más que nunca.
Lo que revela el modelo 3D
Al recrear la anatomía en tres dimensiones, el equipo observa marcas de inserción muscular que indican vuelos prolongados y patas preparadas para excavar nidos poco profundos. Gracias a estas pistas, concluyen que las aves no solo pasan por el Ártico durante el verano cretácico, sino que se quedan para incubar allí mismo. La idea de un refugio polar permanente cobra sentido y obliga a reescribir manuales.
Mientras los científicos celebran el descubrimiento, alguien en el grupo recuerda que esos pájaros logran colonizar el Ártico millones de años antes de que la humanidad invente el abrigo de plumas… y, para rematar, sin necesidad de vuelos low cost.
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