Es a la conclusión que llego, tras ver el final de farscape (3 horas de película, que no pude ver en su día). Ni las buenas voluntades, ni las negociaciones (interesadas en poderes privados, económicos,) ni las amenazas, nada, solo el miedo, es lo que mantiene la paz.
El miedo a la aniquilación total, es lo que impide una tercera guerra mundial, ese mismo miedo, es la fuerza que tensa la cuerda. Si ese miedo dejase de existir, vendría el caos.
El miedo a que tú oponente pueda aplastarte antes de que lo hagas tu, o que tras aplastarlo, vayas tu detrás inexorablemente, somos tan simples que solo nuestra propia vanidad cuando se ve amenazada, nos retrae de cometer todo tipo de actos que cualquier razón lógica nos evitaría acometer.
Así pues, estamos a salvo? No.
Cuando la religión te promete una vida eterna, felicidad, inmortalidad, y esta vida carece de sentido, el miedo desaparece.
Si este tipo de gente se hace con un arma tal, capaz de provocar una cadena de acontecimientos, nos extinguiremos como raza, como especie, y como punto azul en nuestro sistema solar.
Teniendo cuatro estados (a,b,c, d) donde 3 de ellos son capaces de provocar una catástrofe mundial, y el miedo a la autodestrucción se lo impide, y un tercero, sin miedo a la autodestrucción, pero sin los recursos (pero intentando conseguirlos) para provocar dicha catástrofe.
Si no nos dejásemos influenciar por nuestros sentimientos, educación, moralidad, si fuésemos un programa eficaz y eficiente que resolviera los problemas aplicando única y exclusivamente la lógica, que haríamos al encontrar una manzana podrida en el c esto?
Pero si en lugar de ser manzanas fuésemos granos de arena, la respuesta anterior, no es posible, luego cual es la solución?
Utilizar el miedo contra ellos (sanciones económicas, betos, etc.) un miedo irreal contra un estado al que las coherencias socipiolitico-económicomorales no afectan, luego, totalmente ineficaz.
Si un estado consigue un arma tal que pueda englobarse en los tres estados principales, y no tiene miedo a usarla, esto es, el principio del fin.
Ese mismo miedo usado en contra, utilizado para ceder a chantajes, del mismo modo que se chantajea a la inversa.
Al final, va a ser verdad, somos un virus, pero el virus más tonto, que se ataca a sí mismo.
Como decía Caronte, algún día será todo digital, lo que no sé, es si algún día, llegaremos a verlo.
Ojalá, solo ese, fuera el miedo.