Daniel claver herrera. Las esculturas lienzos y tablas de madera que herrera entrega al mundo. Están llenos de misterio, un misterio dentro de la abstracción geométrica con el informalismo lleno de símbolos que el mismo rasga y materializa en sus cuadros.
Cuando estas delante de una de sus obras incita a la interpretación que la rodea, nos dice muchas cosas sobre el mundo de hoy en el que nacemos y morimos, muchas claves imposibles de descifrar en un lenguaje cifrado lleno de señales, números, cruces y rayas.
Se presta fácilmente al comentario, pero casi siempre ante su obra te promueve inquietud al interpretarla. Su inspiración te limita a no saber todo sobre la magia que lo rodea, y a si siempre la obra se queda algo de ese mágico misterio para si misma.
Nunca lo revela, pero si lo que expresa a pesar de todo y le hace ser dentro de la actualidad del arte contemporáneo, una obra de misterio, un misterio que guardan los cuadros de herrera que nos miran cuando los miramos y nunca ceden a decir más de su magia atractica, siempre se queda algo interesante para ellos mismos.
No tienen vida, claro está, pero a veces si los contemplas y los miras fijamente parece que la tuvieran y quisieran decir más de lo que dicen al ser admirados detenidamente.
Las formas, la belleza, la huella, el rastro, todo en su conjunto al unisono conjuran el misterio de la magia de herrera en el camino de la creación de sus obras.
Pinta sobre maderas y telas con la cabeza y el cuerpo. Con esto quiero explicar que su relación con los bastidores es plana tumbada en el suelo no de pie con un clásico caballeete.
Así pues todo su cuerpo está en tensión conjunta a la hora de crear sus obras, las mezclas de arena, polvo de mármol, gravilla fina, tierras naturales, latex, barniz, resinas, y colorantes naturales, imponen trabajar sin tregua a la hora de ejecutar las obras.
Herrera mantiene viva la improvisación y la rapidez de creación a la hora de las mezclas que le hacen trabajar deprisa impuesta por los materiales empleados.
En sus cuadros expresa pasión, el don de la gracia, la fuerza del alma y la del corazón, la magia interna del nacer, transmite ilusión creciente a sus obras que se encargan de conservar y prolongar el tiempo a tantas y tantos que puedan contemplar su obra, una obra como digo y diré siempre es y será un gran misterio.
Ernest vallet.