La aceleración digital y la irrupción de la inteligencia artificial transforman el rol del director de información. Este ejecutivo ya no solo gestiona sistemas internos, sino que lidera la estrategia tecnológica del negocio. Su función evoluciona para integrar nuevas herramientas y alinear los recursos digitales con los objetivos corporativos. Este cambio responde a la necesidad de que las empresas compitan en un entorno cada vez más automatizado y basado en datos.


Integrar la inteligencia artificial será la prioridad principal

La primera prioridad clave para el próximo año es integrar la IA de forma efectiva en los procesos de negocio. Esto implica seleccionar, implementar y mantener sistemas que puedan analizar datos, automatizar tareas y generar insights. El CIO debe asegurar que estas herramientas no sean un simple añadido, sino que se incorporen al flujo de trabajo para mejorar la eficiencia y la toma de decisiones. La meta es crear una organización que aprenda y se adapte usando algoritmos.

Reforzar la conectividad y garantizar la resiliencia son esenciales

La segunda prioridad es reforzar la conectividad en toda la organización. Esto significa construir una infraestructura de red robusta que soporte un volumen creciente de datos y dispositivos, facilitando el trabajo remoto y la colaboración. Paralelamente, la tercera prioridad es garantizar la resiliencia y la seguridad de los sistemas. El CIO debe proteger los activos digitales contra ciberamenazas y diseñar arquitecturas que puedan recuperarse rápido de cualquier interrupción, asegurando la continuidad del negocio.

Ahora el CIO no solo pide presupuesto para servidores, sino que explica al consejo cómo un algoritmo puede predecir las ventas o por qué es crucial resistir un ciberataque. Su éxito ya no se mide por la estabilidad del correo, sino por cómo la tecnología impulsa el crecimiento.