La obra de Isaac Asimov, The Gods Themselves, presenta un escenario donde científicos humanos descubren una fuente de energía aparentemente ilimitada. Este hallazgo se basa en intercambiar materia con un universo paralelo mediante un dispositivo llamado bomba de electrones. El proceso parece perfecto hasta que un físico, Frederick Hallam, advierte que la transferencia altera las constantes físicas de nuestro universo y podría desestabilizar el Sol.


La segunda parte explora una sociedad alienígena tripartita

La sección central de la novela se desarrolla en el universo paralelo, habitado por seres con una biología radical. Estos alienígenas existen en tres géneros: los Racionales, los Emocionales y los Parentales. Forman tríadas para reproducirse y su sociedad y percepción de la realidad difieren completamente de la humana. Asimov construye este sistema para mostrar cómo su necesidad de energía los lleva a interactuar con nuestro universo, sin comprender del todo las consecuencias.

El conflicto surge de la ignorancia mutua entre las dimensiones

La trama avanza cuando personajes de ambos universos deben enfrentar la amenaza cósmica que genera el intercambio. Mientras algunos humanos priorizan el beneficio inmediato, otros buscan detener el proceso. En el universo paralelo, un miembro disidente de la tríada alienígena, llamado Dua, intenta alertar sobre el peligro. La novela examina la dificultad de comunicar y cooperar cuando las bases mismas de la existencia son distintas.

La ironía reside en que la solución al problema energético de un mundo podría significar el fin del otro, y ambos bandos tienen individuos demasiado apegados a su comodidad para actuar a tiempo.