El motor turbofán F918, desarrollado en Chengdu bajo el liderazgo de Tianfu Light Power Technology, completa con éxito sus pruebas de encendido el 26 de diciembre. Este propulsor se diseña para drones de gran altitud y aeronaves utilitarias medianas y ligeras. Ofrece un empuje de 2.000 kilogramos y cubre un vacío en motores nacionales de tamaño medio-grande, lo que supone un avance clave en la propulsión aeronáutica china.


El motor optimiza su rendimiento para aeronaves de 5 a 15 toneladas

El F918 se optimiza para aeronaves que pesan entre 5 y 15 toneladas. Permite volar hasta 20 kilómetros de altitud y mantener un crucero transónico sostenido a Mach 0.9. Para lograr esto, incorpora tecnologías avanzadas que permiten quemar el combustible de manera más eficiente y sellar mejor los componentes. Estas innovaciones posibilitan misiones que superan las 30 horas, incluso en condiciones extremas.

Su versión mejorada integra sistemas inteligentes de control

Una versión mejorada del motor integra sistemas inteligentes que controlan y gestionan la salud del propulsor. Estos sistemas monitorizan en tiempo real, detectan fallos y mejoran la seguridad y la fiabilidad operativa. Esto permite que las aeronaves que lo usen operen con un mayor nivel de autonomía y capacidad para prevenir problemas técnicos.

Dicen que un buen motor no hace ruido, pero este, al encenderse, seguro que hizo callar a más de un escéptico sobre la capacidad tecnológica china en este sector.