La caja negra obligatoria en los coches nuevos permitirá que te vigilen la velocidad y el consumo en tiempo real para futuras multas. La caja negra no es una amenaza futura, es una realidad que ya llevas bajo el asiento si has comprado un coche recientemente. Bajo el nombre técnico de EDR (Event Data Recorder), este dispositivo graba permanentemente datos como la velocidad, la posición del acelerador y la fuerza del frenado, guardando los 30 segundos previos a un impacto.


La Matrix ya no es tuya

Aunque Bruselas jura que los datos son anónimos y no sirven para multar por ahora, la trampa está en que el coche ya no es tuyo, es un chivato conectado, la normativa obliga a que estos datos sean accesibles vía puerto OBD, lo que abre la puerta a que las aseguradoras o la policía los utilicen para denegarte una indemnización o culparte en un siniestro. Lo que más debería preocuparte es que la caja negra es solo una pieza del puzzle; la otra es el asistente de velocidad inteligente (ISA), también obligatorio desde julio de 2024.

Este sistema no solo lee las señales, sino que te avisa (o incluso te frena) si superas el límite. El plan es evidente: primero instalan la tecnología de vigilancia por tu seguridad, luego la hacen obligatoria por el planeta y, finalmente, activan la conexión en tiempo real para que la multa te llegue al móvil antes de que termines de adelantar. Nos han vendido un coche inteligente, pero lo que nos han entregado es un radar móvil que pagas de tu bolsillo para que te vigile las 24 horas.

Y recuerda que cuando tengamos implantado el sistema de dinero electrónico, dará igual si quieres pagar o no, lo cogerán y punto.