El impuesto ETS2 es el hachazo definitivo al bolsillo del ciudadano que Bruselas ha programado para enero de 2027, obligando a las gasolineras a pagar por cada gramo de CO2 que nos vendan, un coste que repercutirán íntegramente en el surtidor con subidas inmediatas de hasta 15 céntimos por litro y proyecciones que rozan los 50 céntimos y puede que más.


Esta estocada no se queda en el depósito de tu coche, ya que el gas natural y el gasóleo de calefacción también pagarán este peaje climático, disparando tus facturas del hogar mientras el encarecimiento del transporte de mercancías eleva el precio de todo lo que compras en el supermercado.

Para colmo, nos venden el Fondo Social para el Clima como la solución, pero la realidad es que Hacienda recaudará miles de millones de euros de tu esfuerzo diario para devolverte apenas una limosna en ayudas para coches eléctricos o reformas energéticas que la mayoría de la población, asfixiada por estos mismos impuestos, jamás podrá permitirse.

Se han enganchado al vehículo para subir los impuestos de forma encubierta pero directa.