Desde el 29 de diciembre y hasta el 16 de enero, Marte se alinea detrás del Sol desde nuestra perspectiva terrestre. Este fenómeno, llamado conjunción solar, bloquea toda comunicación por radio entre la Tierra y los vehículos que operan en el planeta rojo. La NASA planifica estas interrupciones porque el plasma solar puede interferir y corromper las señales que se envían a los orbitadores y rovers.


La incertidumbre rodea al orbitador MAVEN

La situación preocupa más de lo habitual por el orbitador MAVEN. Este satélite, que estudia la atmósfera marciana, perdió contacto el 6 de diciembre y no se ha podido restablecer. Su órbita actual es desconocida. Un intento del rover Curiosity por observarlo en el cielo marciano en el momento calculado no tuvo éxito, lo que aumenta la inquietud sobre su estado y ubicación exacta.

Las misiones entran en modo seguro automático

Ante la imposibilidad de recibir comandos fiables, todas las misiones en Marte, como los rovers Perseverance y Curiosity, entran en un modo seguro autónomo. Suspenden sus actividades científicas y limitan sus operaciones para mantener su estabilidad. Los equipos en Tierra no enviarán instrucciones durante este periodo para evitar comandos erróneos que puedan poner en riesgo los valiosos equipos.

Mientras la Tierra celebra el fin de año, los robots en Marte disfrutan de unas vacaciones forzadas, esperando pacientemente a que el Sol deje de interponerse en su línea de comunicación con casa.