El grupo Volkswagen inicia un proceso para transformar cómo vende sus coches en Europa. La marca planea reducir el número de puntos de venta físicos y potenciar los canales digitales. Este cambio responde a una nueva estrategia comercial que busca ser más eficiente y adaptarse a cómo los clientes compran ahora. El objetivo es tener una red optimizada para 2026.


La estrategia implica cerrar concesionarios

La compañía negocia con sus socios comerciales para implementar este nuevo modelo. Se prevé que muchas de las actuales agencias y concesionarios dejen de operar. Volkswagen quiere centralizar más el proceso de venta y usar un sistema de agencias que actúen bajo sus directrices. Esto significa que el stock y los precios los controlará más directamente la fábrica, y los puntos de venta recibirán una comisión por cada coche entregado.

El cambio busca competir mejor en el mercado

Este movimiento se alinea con la transición hacia la electrificación y responde a la presión de nuevas marcas que venden solo en línea. Al simplificar la red y digitalizar el proceso, Volkswagen espera reducir costes y ofrecer una experiencia de compra más homogénea en todos los países. La marca afirma que quiere proteger la rentabilidad de sus socios comerciales que permanezcan en la nueva red.

El cliente quizá eche de menos regatear el precio con el vendedor de siempre, pero a cambio podrá configurar su coche desde el sofá sin que le insistan en comprar los extras del almacén.