Este chip neuromórfico procesa la información de una forma radicalmente distinta a los procesadores tradicionales. Su arquitectura se basa en eventos, lo que significa que solo consume energía cuando detecta un estímulo, similar a cómo funcionan las neuronas en el cerebro. Este enfoque lo hace ideal para integrar inteligencia artificial en dispositivos que funcionan con baterías y que necesitan operar de forma autónoma en el borde de la red, como sensores inteligentes o wearables. Al procesar solo cuando es necesario, logra una eficiencia energética muy alta.


Su arquitectura imita el funcionamiento del cerebro

El núcleo de Akida es una red neuronal esporádica que opera con picos o spikes. En lugar de procesar datos de forma continua, cada neurona artificial permanece inactiva hasta que recibe una señal de entrada que supera un umbral determinado. Solo entonces genera un pico de actividad y transmite información a las neuronas conectadas. Este modelo de computación basado en eventos elimina la necesidad de ciclos de reloj constantes y reduce drásticamente el movimiento de datos, lo que minimiza el consumo de energía y la latencia.

Se aplica en escenarios de inteligencia artificial en el borde

Las características de Akida permiten ejecutar modelos de red neuronal directamente en el dispositivo sensor, sin depender de enviar datos a la nube. Esto habilita aplicaciones de visión por computadora, detección de audio o análisis de vibraciones en tiempo real, con una privacidad inherente y una respuesta inmediata. Se integra en cámaras para reconocer objetos, en micrófonos para identificar sonidos específicos o en sensores industriales para predecir fallos, todo mientras funciona con una fracción mínima de la energía que requieren las soluciones basadas en GPU o CPU.

Aunque promete revolucionar cómo los dispositivos perciben el mundo, aún requiere que los desarrolladores piensen en picos y no en flujos de datos continuos, lo que supone un cambio de paradigma para algunos.