Estas tiendas online se especializan en vender artículos que se popularizan rápidamente en redes sociales como TikTok. Prometen un diseño web profesional, precios bajos y envío rápido para atraer compradores impulsivos. Sin embargo, el modelo de negocio se basa en el dropshipping, lo que significa que la tienda no posee inventario físico. Cuando un cliente compra, la tienda transmite el pedido y los datos a un proveedor externo, generalmente un fabricante o mayorista en China. Este proveedor es quien finalmente envía el producto directamente al cliente final, sin que la tienda intermediaria lo toque.


El proceso oculta plazos de entrega muy extensos

El envío rápido que anuncian rara vez se cumple. Al proceder de almacenes en Asia, el producto tarda varias semanas, e incluso meses, en llegar a su destino. Los tiempos de espera reales suelen contradecir por completo la información ofrecida en la página de compra. Esta demora genera frustración en el cliente, que ya ha pagado y espera recibir su pedido en días.

La calidad del producto y el soporte postventa suelen decepcionar

Frecuentemente, el artículo recibido no coincide con la calidad mostrada en las fotografías o videos promocionales. Se trata de versiones de baja calidad, fabricadas con materiales baratos. Si el producto llega defectuoso o no satisface, iniciar una devolución o reclamación se convierte en un proceso casi imposible. Las políticas de garantía son confusas o inexistentes, y el servicio al cliente responde con lentitud o simplemente desaparece tras la venta.

El comprador se encuentra entonces con un gadget de dudosa utilidad, que tardó un mes en llegar y que no puede devolver, mientras la tienda original ya está promocionando el siguiente producto viral.