Un frente de aire polar se desplaza sobre la península, lo que hace que el ambiente se vuelva más invernal que en las semanas anteriores. Este cambio provoca precipitaciones en forma de nieve en las zonas montañosas de la cordillera Cantábrica y los Pirineos, mientras que en las áreas bajas predomina la lluvia. El frío se intensifica y se espera que persista durante los próximos días.


La nieve se acumula en las cumbres

Las precipitaciones son más intensas y frecuentes en las cotas altas, donde la temperatura permite que la nieve se acumule. Esto afecta a los puertos de montaña y a las estaciones de esquí, que ven cómo mejora su manto blanco. En las laderas y valles, la lluvia es la protagonista, aunque el ambiente gélido se percibe en todas partes.

El frío polar domina la situación atmosférica

La masa de aire de origen polar dirige la situación meteorológica, generando un descenso generalizado de las temperaturas. Este fenómeno no solo trae precipitaciones, sino que también estabiliza un tiempo frío y estable tras el paso de las nubes. Los modelos prevén que estas condiciones se mantengan, al menos, a medio plazo.

Quienes esperaban una primavera temprana quizá deban buscar de nuevo el abrigo más grueso, porque el invierno ha decidido extender su visita con especial intensidad por el norte.