El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China otorga los primeros permisos para que vehículos con conducción autónoma condicional de nivel L3 circulen. Dos modelos, diseñados para operar en atascos urbanos y en autopistas, comienzan a funcionar de forma piloto en carreteras designadas de Pekín y Chongqing. Este nivel L3, o automatización condicional, significa que el sistema puede manejar todas las funciones de conducción en ciertas condiciones, pero el conductor debe estar listo para retomar el control cuando el vehículo lo solicite. Este paso marca un avance significativo en la regulación de esta tecnología en el país.


Definición y alcance del nivel L3

La Sociedad de Ingenieros Automotrices define el nivel 3 como automatización condicional. El sistema gestiona la aceleración, el frenado y la dirección en entornos específicos, como autopistas o atascos de tráfico. Sin embargo, a diferencia de niveles superiores, el conductor debe permanecer alerta y responder a las peticiones de intervención que emite el vehículo. La responsabilidad legal durante el modo autónomo es un punto clave que estas pruebas piloto ayudan a clarificar.

Implicaciones para la industria y la seguridad

Este permiso piloto permite recopilar datos sobre el rendimiento de los sistemas en condiciones reales. Las autoridades buscan evaluar la seguridad, la interacción con otros usuarios de la vía y la robustez de la tecnología antes de considerar una aprobación más amplia. Las marcas involucradas podrán probar y mejorar sus algoritmos, mientras los legisladores trabajan para adaptar las normas de tráfico y responsabilidad civil a esta nueva realidad. El enfoque inicial en escenarios controlados busca minimizar riesgos.

Ahora los conductores podrán discutir con el sistema de a bordo sobre quién tuvo la culpa en un percance, añadiendo un nuevo participante a la clásica disputa vial.