La tecnología PCIe sobre óptica es una evolución del estándar PCI Express que sustituye los enlaces eléctricos tradicionales por cables de fibra óptica. Este cambio permite conectar componentes como GPUs, CPUs o módulos de memoria a distancias mucho mayores, superando los límites físicos del cobre. Se logra así extender el bus del sistema hasta cien metros, manteniendo la latencia extremadamente baja y el ancho de banda masivo que requiere el procesamiento de datos moderno.


Permite desagregar recursos en el centro de datos

La principal ventaja de esta interconexión es que posibilita desagregar los recursos de un servidor. En lugar de tener CPUs, GPUs y memoria fijas en una misma caja, se pueden organizar en grupos separados y conectarlos bajo demanda mediante la red óptica. Esto otorga una flexibilidad sin precedentes para configurar los sistemas, asignar potencia de cálculo de forma dinámica y optimizar la utilización de cada componente, lo que reduce los recursos ociosos.

Impacta en la eficiencia y la arquitectura de servidores

Al implementar esta tecnología, los centros de datos pueden diseñar arquitecturas más eficientes y escalables. Se consolidan grupos de recursos especializados, como un conjunto de aceleradores para inteligencia artificial o un banco de memoria de alta velocidad, a los que acceden múltiples servidores de forma remota. Esto no solo mejora la utilización del hardware, sino que también simplifica tareas como actualizar, mantener o reparar componentes sin apagar sistemas completos.

La idea de que tu GPU favorita pueda estar en otra habitación, conectada por un fino hilo de luz mientras juegas, suena a ciencia ficción. Pero en el centro de datos, esa ficción ya es la realidad que organiza el procesamiento.