Los fabricantes de máquinas CPAP para tratar la apnea del sueño modifican con frecuencia el diseño de los conectores. Estos cambios afectan a las mascarillas, los tubos y los depósitos de agua. Cuando un usuario actualiza su máquina principal, a menudo descubre que sus accesorios anteriores ya no encajan. Esto sucede aunque los consumibles antiguos funcionen perfectamente y no estén desgastados. El resultado es que el paciente se ve obligado a comprar un set completo de accesorios nuevos. Esta práctica genera un gasto adicional significativo y crea residuos electrónicos evitables.


La incompatibilidad planificada como estrategia

Esta dinámica se asemeja a la obsolescencia programada, pero aplicada a los componentes periféricos. Al alterar los estándares de conexión, los fabricantes aseguran un flujo de ventas recurrente de consumibles específicos para cada nuevo modelo. El usuario pierde la libertad de elegir o conservar accesorios de otras marcas o generaciones anteriores. Su elección queda limitada al ecosistema cerrado que propone el fabricante de la máquina principal, lo que consolida un mercado cautivo.

El impacto económico y ambiental es claro

Para el usuario, esto significa un coste mayor a largo plazo. Debe presupuestar no solo la nueva máquina, sino también todos sus complementos. Desde un punto de vista ambiental, se desechan productos que aún son funcionales, incrementando la huella de residuos. Algunas asociaciones de pacientes y defensores del derecho a reparar han comenzado a señalar este problema. Abogan por que se regulen o estandaricen los conectores para garantizar la interoperabilidad entre modelos y marcas, promoviendo la sostenibilidad y la economía circular.

Así que, cuando tu nueva máquina llegue, prepárate para darle la bienvenida a su familia completa de accesorios nuevos. Los viejos, aunque perfectos, se quedan sin invitación a la fiesta.