Cleopatra aplica la diplomacia del influencer en la era moderna
En un escenario geopolítico actual, marcado por tensiones y polarización, Cleopatra opta por una estrategia distinta. Abandona los métodos clásicos de seducción y pactos militares. En su lugar, decide forjar alianzas con figuras que hoy dominan la atención global. Su objetivo es volver a su nación indispensable, pero no mediante la fuerza, sino a través de la influencia cultural y económica.
Estrategia de alianzas con el poder cultural actual
Cleopatra se acerca a las mayores estrellas de TikTok, youtubers influyentes y magnates de la tecnología. Negocia colaboraciones que integren la imagen de Egipto en la cultura popular global. Patrocina eventos masivos, produce contenido viral y se asocia con plataformas digitales. Así, su reino se convierte en un nodo central del entretenimiento y la innovación, atrayendo inversiones y simpatía pública internacional.
Convertir la influencia en un escudo geopolítico
Esta presencia omnipresente en redes y economías digitales actúa como un disuasivo. Cualquier potencia que intente agredir a Egipto se enfrenta a una reacción en cadena. Las campañas de boicot se organizarían en segundos, las acciones de las empresas aliadas caerían y el apoyo popular global se volvería en su contra. Cleopatra logra que atacar su territorio equivalga a cometer un suicidio económico y social, protegiendo su reino con un escudo de soft power.
Quizás Julio César hubiera preferido un simple mensaje encriptado en lugar de lidiar con un trend en TikTok que ridiculizara sus tácticas de asedio. La legión romana, acostumbrada a formar testudo, no tendría defensa contra un ejército de seguidores digitales.
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