La industria del cemento explora métodos innovadores para producir este material de construcción sin liberar CO2 a la atmósfera. Tradicionalmente, fabricar cemento Portland requiere calentar piedra caliza a altas temperaturas, un proceso que libera dióxido de carbono de forma inherente. Estos nuevos enfoques buscan romper ese vínculo químico, lo que representa un cambio potencialmente significativo para un sector que contribuye con cerca del 8% de las emisiones globales de CO2.


Electrificación de hornos y uso de hidrógeno verde

Una vía prometedora sustituye los combustibles fósiles en los hornos por electricidad renovable o hidrógeno verde. Varias empresas ya operan hornos piloto que usan estas energías para alcanzar las temperaturas necesarias, superiores a 1400 grados centígrados, sin quemar carbón o gas. Esto elimina las emisiones derivadas de la combustión, aunque el desafío de las emisiones del proceso en sí, las que provienen de la piedra caliza, persiste y requiere soluciones complementarias.

Captura del carbono y reformulación química

Para abordar las emisiones inherentes al proceso, se desarrollan técnicas de captura y almacenamiento de carbono que atrapan el CO2 antes de que escape. Paralelamente, investigadores reformulan la química del cemento, usando materias primas alternativas como arcillas calcinadas o subproductos industriales que no liberan carbono al procesarlas. Algunos métodos incluso diseñan cementos que absorben CO2 durante su vida útil, buscando un balance neutro o negativo.

Aunque el camino es largo, parece que por fin la construcción empieza a cimentar un futuro más sostenible, ladrillo a ladrillo, sin ahogar el planeta en el proceso.