La nueva temporada de pruebas en climas fríos ya comenzó. El equipo de desarrollo de BMW en Múnich es el primero en evaluar un vehículo en estas condiciones. El modelo en cuestión es el próximo BMW i3, que ahora acelera su fase final de desarrollo antes de que el público pueda verlo. Estos ensayos son cruciales para verificar cómo se comportan los sistemas del coche eléctrico a bajas temperaturas.


El ensayo en frío valida el rendimiento eléctrico

Durante estas pruebas, los ingenieros comprueban específicamente la autonomía de la batería, la eficiencia del sistema de climatización y la respuesta de la tracción en superficies con hielo o nieve. El frío intenso afecta a la química de las celdas de ion-litio, por lo que calibrar la gestión térmica es un paso fundamental. También ajustan el software que controla el motor eléctrico y los sistemas de recuperación de energía.

El proceso precede al debut oficial del vehículo

Completar esta fase de ensayos en invierno significa que el proyecto avanza según lo planeado hacia su presentación oficial. Los datos que se recogen en estas condiciones extremas sirven para realizar los últimos ajustes antes de que el coche se fabrique en serie. Superar estas pruebas es un requisito previo para garantizar que el veo funcione de manera fiable en cualquier mercado, independientemente del clima.

Mientras los ingenieros tiritan en la pista de pruebas, la batería del i3 probablemente también preferiría un clima más cálido para rendir al máximo, pero es mejor que lo descubra ahora y no cuando un propietario intente arrancar en una fría mañana de enero.