Houdini permite elegir entre varios motores de render, cada uno con un enfoque distinto. Karma, el motor nativo de desarrollo actual, usa XPU para procesar con CPU y GPU. Su predecesor, Mantra, es un motor de trazado de rayos puro basado en CPU, conocido por su estabilidad y precisión en efectos visuales complejos. V-Ray, un motor híbrido consolidado, se integra bien en pipelines mixtas y destaca por su realismo y versatilidad. Redshift, un motor de trazado de rayos basado en GPU, prioriza la velocidad en iteraciones y se adapta bien a plazos ajustados.


Karma y Mantra representan la evolución interna

Karma evoluciona el concepto de Mantra al adoptar un modelo híbrido. Mientras Mantra procesa escenas muy pesadas de manera fiable pero lenta, Karma busca acelerar ese flujo usando la GPU sin perder el control que ofrece Solaris. Karma aún se desarrolla activamente, por lo que algunas funciones de Mantra pueden estar más pulidas. La transición entre ambos es natural para usuarios de Houdini, ya que comparten filosofía de trabajo.

V-Ray y Redshift ofrecen integración externa especializada

V-Ray para Houdini lleva su ecosistema de materiales y luces al entorno, siendo una opción común en estudios que usan múltiples softwares. Redshift se destaca por su velocidad bruta en GPU, ideal para previsualizar y entregar rápidamente. Ambos motores requieren adaptar los activos de Houdini a sus propios sistemas de sombreado, lo que añade un paso de configuración. Su rendimiento depende mucho de cómo se exporten y optimicen los datos desde Houdini.

Elegir un motor a menudo se reduce a preguntar qué usa el resto del equipo, para evitar tener que mantener cuatro bibliotecas de materiales distintas.