El análisis forense de colisiones de drones reconstruye el accidente
Cuando un dron choca con una aeronave ligera o con otro dron, los investigadores aplican un protocolo técnico para esclarecer lo ocurrido. El primer paso consiste en escanear en tres dimensiones todos los restos recuperados. Para ello, se emplean escáneres de alta precisión como el Artec Micro o el Space Spider, que capturan la geometría y las texturas de las piezas dañadas con gran fidelidad. Estos modelos digitales tridimensionales se convierten en la evidencia física principal del siniestro.
El software especializado procesa los datos del escaneo
Con los modelos tridimensionales ya digitalizados, el trabajo continúa en el entorno virtual. En Geomagic Control X se alinean y comparan los restos escaneados con los planos originales de los aparatos. Esta fase permite medir con exactitud la deformación del material y catalogar cada marca de impacto. Identificar la dirección de una abolladura o la profundidad de un corte es fundamental para deducir el ángulo de contacto y la energía involucrada en el choque.
La simulación física concluye la investigación
La última etapa integra toda la información en un simulador de dinámica multicuerpo, como una versión adaptada de PC-Crash para drones, o incluso en Blender para previsualizar la secuencia. Aquí se recrea la colisión con diferentes hipótesis de velocidad y trayectoria. El objetivo es encontrar el único escenario que reproduce exactamente los daños documentados en los modelos 3D, determinando así la velocidad relativa y el punto de impacto que originó el accidente. Este informe técnico sirve para establecer responsabilidades de manera objetiva.
A veces, el dron que causó el problema es el que menos piezas deja para analizar, lo que convierte la investigación en un complejo puzzle donde cada fragmento cuenta una parte de la historia.
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