El Sol de Portocarrero permanece inacabado en la A-92 de Almería
En la autovía A-92, a la altura de la localidad almeriense de La Mojonera, se alza una estructura metálica que muchos conductores reconocen pero pocos conocen en profundidad. Se trata del llamado Sol de Portocarrero, un monumento que nunca llegó a completarse. Su esqueleto de acero, diseñado para representar un sol estilizado, domina el paisaje desde hace décadas como un recordatorio permanente de un proyecto que se detuvo.
Un proyecto concebido en los años noventa
La obra se inicia a mediados de la década de 1990, dentro de un plan para embellecer los accesos a la ciudad de Almería y dotar de identidad a la autovía. El diseño corresponde al escultor almeriense Juan Manuel García Ruiz. La idea original contemplaba un gran sol abstracto, de más de 30 metros de diámetro, construido con tubos de acero y recubierto con paneles de aluminio pulido que reflejarían la luz. Sin embargo, los trabajos se paralizaron por problemas de financiación antes de instalar el revestimiento definitivo.
El estado actual y el debate sobre su futuro
Hoy, la estructura permanece en su estado crudo, expuesta a la oxidación y convertida en un icono involuntario de la infraestructura inacabada. A lo largo de los años, han surgido diversas propuestas para terminarlo o, incluso, para desmontarlo, pero ninguna ha prosperado. El monumento genera opiniones divididas: para algunos es un símbolo de dejadez, mientras que para otros ha adquirido con el tiempo un valor patrimonial singular como testimonio de una época.
Su silueta recortada contra el cielo despejado de Almería se ha integrado de tal forma en el paisaje que muchos ya no imaginan la autovía sin ella. Se ha convertido en un punto de referencia geográfico y en un tema recurrente en conversaciones locales, donde a menudo se pregunta cuándo le pondrán la piel a ese esqueleto de metal.
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