BMW avanza en su estrategia para vehículos eléctricos y ahora prueba una solución dual en su futuro iX5. El gran SUV combinará una pila de combustible de hidrógeno con una batería eléctrica convencional. Este enfoque técnico busca superar una barrera clave: la autonomía. La marca alemana se ha propuesto que este prototipo logre recorrer más de 1.000 kilómetros con una sola carga completa de ambos sistemas.


La pila de combustible genera electricidad a bordo

El sistema funciona usando hidrógeno comprimido en depósitos. La pila de combustible procesa ese hidrógeno con oxígeno del aire para generar electricidad. Esta energía carga una batería de iones de litio que alimenta el motor eléctrico. La ventaja es que repostar hidrógeno es rápido, similar a llenar un tanque de gasolina, mientras la batería gestiona los picos de potencia y recupera energía al frenar.

El objetivo es ampliar la autonomía sin aumentar el peso

Integrar ambas tecnologías permite optimizar el espacio y el peso. La batería puede ser más pequeña porque la pila de combustible suministra energía de forma constante. Esto evita cargar con una batería enorme para alcanzar gran autonomía, lo que reduce el peso total del vehículo. BMW prueba este concepto para evaluar su viabilidad en un segmento de lujo donde la autonomía y la rapidez al repostar son factores decisivos.

Mientras algunos fabricantes apuestan solo por baterías, otros, como BMW, exploran si el hidrógeno puede ser el compañero ideal para viajes largos. Queda por ver si el mercado aceptará una tecnología que requiere una red de estaciones de hidrógeno que aún no está desarrollada.