Mercedes, la icónica marca alemana, está reevaluando su estrategia de electrificación al reconocer que no todos sus modelos están listos para abandonar los motores de combustión. En particular, el Clase G, un todoterreno legendario por su robustez y capacidad off-road, continuará produciéndose con opciones tradicionales al menos durante la próxima década, corrigiendo lo que ahora se ve como un error prematuro en su transición a lo eléctrico.


El error de la electrificación

Esta decisión surge de la comprensión de que modelos como el Clase G, diseñados para entornos exigentes, mantienen su esencia en la combustión, donde ofrecen una fiabilidad y un rendimiento óptimo que los vehículos eléctricos aún no igualan del todo. Mercedes busca equilibrar la innovación sostenible con la demanda de los consumidores que valoran la tradición y la durabilidad en sus vehículos.

Perspectivas futuras

Con esta extensión, el Clase G asegura su lugar en el mercado automovilístico, permitiendo a Mercedes explorar avances en eficiencia de combustión mientras prepara una posible migración gradual a lo eléctrico, todo sin comprometer el legado de este modelo icónico.

En un giro irónico, parece que el todoterreno Clase G, rey de los caminos difíciles, ha demostrado que a veces, el rugido de un motor a gasolina es más convincente que el silencio de un eléctrico, especialmente cuando se trata de aventuras en el barro.