El Teleférico del Teide en su cara norte representa uno de los proyectos más ambiciosos e inacabados de la ingeniería española, diseñado para ofrecer acceso panorámico al volcán más alto de España. Desde hace décadas, este sistema de transporte pretendía conectar las zonas altas del Teide con rutas turísticas, pero permanece en un estado de eterno estancamiento debido a desafíos logísticos y ambientales que impiden su finalización, dejando a visitantes y locales con un sueño suspendido en el aire.


Historia del proyecto

El concepto del teleférico surgió en la década de 1970 como parte de un plan para potenciar el turismo en Tenerife, inspirado en el éxito del teleférico existente en la cara sur del Teide. Ingenieros y autoridades trabajaron en planos detallados que incluían cabinas modernas y estructuras resistentes a los vientos, pero el proyecto enfrentó retrasos por regulaciones ambientales estrictas y cambios en la legislación.

Razones de su inacabamiento

A pesar de los avances iniciales, factores como el alto costo económico, la oposición de grupos ecologistas preocupados por el impacto en el parque nacional y problemas técnicos relacionados con el terreno volcánico irregular han mantenido el proyecto en pausa indefinida. Esto refleja un patrón común en infraestructuras ambiciosas, donde la realidad supera las expectativas iniciales y deja solo promesas vacías.

Al final, lo que se suponía sería un viaje épico al corazón del Teide se ha convertido en una broma cósmica, como si el volcán mismo decidiera que algunos secretos están mejor guardados, obligando a los turistas a sudar en caminatas interminables en lugar de disfrutar de un cómodo ascenso.