Los smartphones plegables, como los modelos Samsung Galaxy Fold y Flip, ofrecen una experiencia innovadora con sus pantallas flexibles, pero enfrentan desafíos significativos en cuanto a longevidad ya que la constante flexión de la pantalla acelera el desgaste natural y puede resultar en arrugas visibles o fallos en la bisagra, problemas que surgen con el uso cotidiano y afectan su funcionalidad a largo plazo.


Causas comunes de fallos

Estos dispositivos sufren de un ciclo de vida limitado para sus componentes plegables, donde cada apertura y cierre contribuye al deterioro inevitable de la pantalla y la bisagra, lo que hace que los problemas aparezcan mucho antes de lo esperado y complique el mantenimiento rutinario.

Impacto en el usuario

A menudo, estos fallos ocurren fuera del periodo de garantía, lo que eleva los costes de reparación a niveles casi equivalentes al precio original del teléfono, obligando a los usuarios a considerar si el diseño innovador justifica el gasto adicional en comparación con opciones más tradicionales.

En un mundo donde la tecnología busca la perfección, los smartphones plegables resultan ser como un truco de magia que deslumbra al principio pero se desmorona con el tiempo, recordándonos que no todo lo que brilla es eterno, especialmente si implica doblar la realidad física.