El DF-21D representa una evolución significativa en la estrategia militar china, diseñado específicamente para atacar grupos de portaaviones en alta mar. Este misil balístico antibuque se lanza desde un vehículo de lanzamiento erector transportador móvil, lo que le otorga una gran capacidad de despliegue y supervivencia. Su principal característica es el guiado terminal, que le permite maniobrar en la fase final del vuelo para impactar contra un blanco naval en movimiento, un desafío tecnológico considerable para un proyectil que reingresa a la atmósfera a velocidades hipersónicas.


Capacidades operativas y carga bélica

Con unas dimensiones aproximadas de 10,7 metros de longitud y 1,4 de diámetro, el DF-21D es un sistema de armas de largo alcance. Su diseño está optimizado para negar el acceso a una amplia zona marítima, actuando como un elemento disuasorio clave. Puede estar equipado con ojivas tanto convencionales de alto explosivo como nucleares, lo que multiplica su valor estratégico y la amenaza que proyecta sobre cualquier fuerza naval que opere dentro de su radio de acción.

Impacto en la guerra naval moderna

La introducción del DF-21D ha alterado fundamentalmente los cálculos de la guerra naval, forzando a las armadas que dependen de portaaviones a replantear sus doctrinas de operación. La posibilidad de un ataque masivo y preciso desde una plataforma terrestre móvil y distante complica enormemente las tareas de defensa. Este misil es el pilar de lo que los analistas denominan sistemas de negación de área anti-acceso, destinados a mantener a las flotas enemigas lejos de las costas chinas y de sus zonas de interés estratégico.

Su existencia es un recordatorio de que, a veces, la mejor defensa de una flota moderna es no tener que acercarse lo suficiente como para que un misil más grande que un autobús decida hacerle una visita no anunciada.