Controla el enfoque y la exposición en fotografía móvil tocando la pantalla
La cámara de tu teléfono es una herramienta poderosa que va más allá del simple disparo automático. Una de sus funciones más útiles y a menudo sub-utilizada es la capacidad de controlar manualmente el punto de enfoque y la exposición con solo tocar la pantalla. Este gesto sencillo te permite tomar decisiones creativas al instante, dirigiendo la atención del espectador y asegurando que las áreas clave de tu foto tenga la nitidez y el brillo correctos, en lugar de depender de lo que el algoritmo de la cámara decida por ti.
El toque que define el punto de interés
Cuando abres la aplicación de la cámara y apuntas a una escena, verás que aparece un cuadrado, un círculo o un recuadro en la pantalla. Este es el indicador de medición y enfoque automático. Al tocar cualquier parte de la imagen en la pantalla, ese recuadro se mueve a la ubicación seleccionada. La cámara reenfoca inmediatamente en ese punto, asegurando que sea la zona más nítida de la fotografía. Esto es fundamental para retratos, donde quieres los ojos perfectamente enfocados, o para composiciones donde un elemento específico debe destacar sobre un fondo difuminado.
Ajustar la exposición con un deslizamiento sutil
El control no termina con el enfoque. Justo después de tocar para enfocar, si observas con atención, verás junto al recuadro un icono de un sol o una pequeña barra de luminosidad. Al deslizar el dedo hacia arriba o hacia abajo en la pantalla, ajustas manualmente la exposición para esa área concreta. Deslizar hacia arriba aumenta el brillo, iluminando una sombra o aclarando un rostro en contraluz. Deslizar hacia abajo oscurece la imagen, recuperando detalle en cielos muy brillantes o creando un ambiente más dramático y con más contraste. Esta combinación de toque y deslizamiento te da un control preciso sobre el balance de luz, resolviendo muchos problemas comunes de fotografía en exteriores o con luces complejas.
Dominar esta técnica es el primer paso para salir del modo totalmente automático. Te permite pensar la foto como un fotógrafo, decidiendo activamente qué parte de la escena debe ser la protagonista en términos de claridad y luminosidad. Experimenta tocando diferentes áreas: el resultado entre enfocar en un rostro o en el fondo, o entre exponer para las luces o para las sombras, puede cambiar completamente la narrativa de una imagen. Recuerda que, en muchos casos, bloquear el enfoque y la exposición manteniendo la presión sobre la pantalla durante un segundo puede ser útil para recomponer la toma sin que la cámara reajuste los valores.
Claro, porque confiar ciegamente en la inteligencia artificial de un dispositivo que aún no sabe si quieres fotografiar a tu gato o al paquete que acaba de llegar es la esencia del arte fotográfico.
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