Según informes del sector, Samsung ha tomado la decisión de no ofrecer descuentos significativos en sus módulos de memoria LPDDR5X, incluso a su propia división de móviles para la futura serie Galaxy S26. Esta estrategia refleja un intento claro de mantener precios estables y mejorar la rentabilidad en el negocio de los semiconductores, tras un periodo complejo para el mercado de memoria. La medida significa que el coste de fabricación de los próximos buques insignia de Samsung podría no beneficiarse de un precio preferencial interno, un movimiento que podría repercutir en el precio final al consumidor o en los márgenes del propio dispositivo.


Una estrategia de precios firme en un mercado en recuperación

La industria de la memoria DRAM ha pasado por una fase de exceso de oferta y caída de precios, pero ahora los principales fabricantes, liderados por Samsung y SK Hynix, están enfocados en recuperar rentabilidad. Negarse a realizar ventas a bajo costo, incluso a clientes internos, es una señal poderosa para el mercado de que la compañía está comprometida con esta disciplina de precios. Esta postura podría fortalecer los precios globales del tipo de memoria LPDDR5X, utilizado en dispositivos de gama alta, al evitar establecer un precedente de descuentos profundos que otros clientes podrían exigir.

Implicaciones para el Galaxy S26 y la competencia

Para la división de móviles de Samsung, esta política interna se traduce en que el coste de uno de los componentes clave, la memoria, no será tan bajo como podría esperarse de una integración vertical. Los equipos de diseño del Galaxy S26 podrían enfrentarse a restricciones de costes mayores en este apartado, lo que posiblemente obligue a optimizar otros componentes o a aceptar márgenes más ajustados en el dispositivo final. Paralelamente, esta decisión también afecta a otros fabricantes como Xiaomi, Oppo o Google, que compran memoria a Samsung, ya que no se verán en una desventaja de precio tan pronunciada frente al gigante coreano en la adquisición de este componente crítico.

Así que, en el fascinante mundo de la electrónica de consumo, a veces tu mano izquierda le factura a tu mano derecha con el catálogo de precios al por mayor, y la mano derecha solo puede poner los ojos en blanco y pagar para que los resultados trimestrales del grupo queden bonitos. Una lección de contabilidad creativa y prioridades corporativas que, al final, probablemente acabemos pagando nosotros en la caja registradora.